La función básica del dentífrico es la de mejorar nuestra higiene bucal, prevenir la caries y aportar flúor a los dientes siendo, por tanto, uno de los factores incidentes en la salud de nuestra boca. Por ello, es de vital importancia saber elegir la correcta. Pero la amplia variedad existente en el mercado hace difícil la elección: blanqueantes, anticaries, antisarro, extra flúor…)

¿Elegimos la más adecuada para nuestro caso?

No todas las bocas son iguales en el sentido de que no es lo mismo tener una boca sana que una boca que sufre gingivitis o con sensibilidad dental o que lleva ortodoncia… Y si apuras, tampoco una misma boca presenta las mismas necesidades en todo momento.

Por ello, lo que nos debe influir a la hora de elegir una pasta de dientes u otra, debe responder a necesidades particulares y de cada momento.

Empecemos por un aspecto sin prácticamente importancia: la textura.

En realidad, podemos elegir aquella que más nos agrade teniendo en cuenta que:

• Fluida: recomendada para ortodondocias ya que llega con más facilidad a todas las zonas.
• Crema o gel. Las más habituales y las más recomendables para dientes sanos y una limpieza regular.
• Con partículas. Para una limpieza en profundidad. Las partículas son ‘esferas’ limpiadoras y abrasivas que arrastran mejor suciedad y bacterias y pulen el esmalte. 

Y sigamos con los ingredientes adecuados para cada caso o necesidad:

• Caries: Elegiremos pastas de dientes con fluoruro de estaño o sodio ya que reducen la acidez de la placa bacteriana y de la sáliva y rellenan las cavidades por depósito. 
• Sensibilidad: El nitrato de potasio despolariza el nervio protegiéndolo de la descarga que provoca el dolor por lo que es una buena opción para aliviar los problemas de sensibilidad dental.
• Gingivitis: Cuando las encías sangran necesitamos una protección extra, por lo que es conveniente que la pasta de dientes aporte un antiséptico más potente, como puede ser el triclosán. El triclosán es una agente no recomendado para menores de 6 años. Su efectividad viene determinada, entre otros, por la calidad de la higiene, la alimenta y la ingesta de líquidos.
• Periodontitis. Se recomienda utilizar dentífricos con clorhexidina. No obstante, salvo prescripción médica, no deben usarse durante más de 15 días ya que podrían manchar el esmalte de los dientes.
• Sarro. El hexametafosfato de sodio combate las manchas y el sarro e impide que las partículas se peguen a la dentina.
• Tono. El peróxido de carbamida suele estar presente, en pequeñas proporciones (aprox. 1%) en las pastas y enjuagues blanqueadores no profesionales.

Caso especial: Los niños

Los niños, hasta los 12 años, no deben utilizar los mismos dentífricos que los adultos: la concentración de flúor debe ser menor y, además, puesto que suelen tragarse algo de pasta al cepillarse los dientes, las concentraciones de ingredientes son distintas para evitar intoxicaciones. A partir de los 12 años pueden comenzar a utilizar una pasta de dientes normal. 

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