El verano es la estación reina del año para disfrutar de actividades y deportes al aire libre.

En uno de nuestros artículos anteriores, ya apuntábamos algunos consejos para cuidar nuestra boca en verano. En éste, vamos a profundizar en uno de los puntos que ya tratábamos entonces: cómo evitar las lesiones dentales al practicar deportes en verano: los protectores buco-dentales.

Deportes de contacto (futbol, baloncesto, boxeo, voleibol, etc.), ciclismo, skateboarding, surf,…

Si bien muchos de estos deportes no son exclusivos de esta época del año, si es habitual practicarlos con más frecuencia en verano.

En algunos de ellos el uso del protector dental es obligatorio, en otros no. Y es en estos últimos donde aumenta la probabilidad de que se produzcan lesiones en la zona de la cara y en la boca. Por otra parte, además de los posibles traumatismos tras un contacto, para aquellas personas con tratamientos dentales previos, correctores dentales, etc. también puede ocasionar un desembolso económico extra…

La mejor manera de evitar estos problemas es utilizar un protector buco-dental. Existen varios tipos de protectores:

• Prefabricados: es la opción menos costosa pero también la menos efectiva ya que su ajuste es limitado. Son protectores de goma o plástico que pueden adquirirse en farmacias y en tiendas de productos deportivos. Suelen quedar ‘holgados’ ya que se deben adaptar a todas las bocas y para conservarlos en su sitio es necesario mantener la boca cerrada y los dientes de ambos maxilares en contacto. Aunque es mejor que no usar nada, no se consideran dispositivos de protección aceptables y puede darse el caso de que el deportista se crea protegido y se exponga más a los traumatismos.
• Adaptables a la boca: son moldes revestidos de acrílico o goma que, al colocarlos en la boca, se adaptan con calor (termoadaptables) amoldándose y fijándose a los dientes del usuario. Se adquieren en las tiendas de productos deportivos. Su nivel de comodidad y protección es intermedia.
• Hechos a medida: sin duda, la mejor (casi única) opción. Son protectores realizados por tu odontólogo sobre un molde previo de tu boca y adecuados al tipo de deporte que se practica por lo que ofrecen el mayor nivel de protección, adaptación y comodidad.

Si a pesar de todas las precauciones se produce un traumatismo con pérdida de fragmentos o de piezas dentales completas, el Consejo General de Dentistas aconseja actuar lo más rápidamente posible, conservando el diente en suero salino, o en su defecto agua, agua con sal, leche, o manteniéndolo en la boca y acudir de forma urgente a un dentista para poder llevar a cabo el tratamiento más adecuado.

Natación

La exposición frecuente al cloro y otros productos químicos con los que se trata el agua de las piscinas puede provocar la aparición de manchas marrones o amarillentas en los dientes.

El agua tratada de las piscinas tiene un pH más alto que el de la saliva lo que acelera la desintegración de las proteínas de la saliva y favorece la desmineralización y la formación de depósitos orgánicos en los dientes. Estos depósitos marrones o amarillentos llamados coloquialmente ‘sarro del nadador’ aparecen con mayor frecuencia en los dientes frontales.

Para ayudar a proteger la boca y re-mineralizar los dientes se recomienda el uso de dentífricos y colutorios con flúor.

La eliminación del sarro pasa por una limpieza dental profesional.

Buceo

El ‘síndrome del buceador’ (barodontalgia) es una dolencia ocasionada por el cambio de presión de aire al bucear y cuando los buceadores muerden con excesiva fuerza los reguladores de aire.

El uso de boquillas y snorkel puede alterar la fisiología natural de la boca pudiendo interferir, por ejemplo, en una ortodoncia fija o provocar dolores de cabeza por las posiciones anormales y forzadas de la articulación temporomandibular. Los síntomas de la barodontalgia suelen ser dolores en la mandíbula y problemas en el tejido de las encías, máxime cuando hay caries grandes, empastes temporales, abscesos periodontales, tratamientos incompletos de conductos radiculares u otras enfermedades de las encías.

Evidentemente, la mejor manera de prevenir estos problemas es que tu dentista realice una revisión completa de tu boca para asegurar las mejores condiciones de salud bucodental antes de practicar esta actividad. También puedes aprovechar y pedir consejo a tu dentista sobre la forma más adecuada de colocarte la boquilla del regulador de aire. Y si tienes dentadura postiza, también el dentista deberá orientarte con el fin de evitar posibles problemas.

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