Leyendas y nuevas verdades sobre el uso del chupete
Como con muchos otros asuntos concernientes a la salud, especialmente de los más pequeños, el uso de chupete es un tema que no pierde vigencia y que parece estar siempre sujeto a controversias. ¿Quieres saber los resultados de los nuevos estudios sobre este tema?
Unos dicen que el deseo de chupar está relacionado con la necesidad esencial de sobrevivir. Otros que, en los primeros meses de vida, el foco de satisfacción está en la boca… Sea cuál sea el motivo, lo cierto es que durante el primer año de vida, todos los bebés tienden a llevarse todo a la boca. Y también es cierto que ese deseo de succionar no suele desaparecer en el primer año de vida y que es frecuente encontrar a niños con 3-4 años que se aplican a su chupete o dedo pulgar con intensidad….
Muchas ‘leyendas’ han envuelto al uso del chupete. Algunas (que provocaba que rechazaran el pecho materno, que originaba infecciones en el oído, que les hacía irascibles cuando no lo tenían en la boca, etc.) han ido perdiendo vigencia gracias al avance médico y científico. Sin embargo, parece que todos mantenemos en la cabeza la idea de que un uso excesivo del chupete puede provocar malformaciones bucodentales en el niño. Y es que, hasta hace no mucho, evitar su uso era una de las recomendaciones principales de los pediatras.
Hace ya algún tiempo, la revista General Dentistry publicó un artículo en que aseguraba que el chupete no era tan nefasto como se pintaba. Es más, que su uso puede ser recomendable en determinados casos.
Según el estudio publicado en esta revista, el uso del chupete reduce el riesgo de muerte súbita del lactante y es un analgésico muy eficaz en procesos dolorosos. Pero es que, además, los posibles efectos que su uso pudiera tener sobre la alineación de los dientes son pasajeros y reversibles (en apenas unos meses después de abandonar su uso) siempre y cuando el niño se olvide de él antes de los tres años de edad.
Con la succión prolongada, los dientes centrales inferiores se van desviando hacia el interior de la boca mientras que los centrales superiores tienden a separarse y a desviarse hacia afuera. Los colmillos chocan entre si y ambas filas de dientes no se alinean correctamente lo que puede ocasionar complicaciones funcionales y digestivas. Además, la propia acción de succionar activa ciertos músculos de la cara y recoloca la posición de la lengua pudiendo generar dificultades en el habla y complicaciones estéticas al cambiar la fisonomía de la cara. Pero, tranquilidad, parece demostrado que, para que estas malformaciones sean apreciables, hay dos factores clave: energía (presión constante en la succión) y tiempo (más de 6 horas diarias).
En definitiva. Si bien todos los especialistas están de acuerdo en que lo más adecuado es retirar el chupete entre los 2 y 3 años de edad, también comentan que no debe tomarse como una regla inamovible ya que otros condicionantes como el grado de madurez del niño u otros cuadros médicos, psíquicos o sociales, pueden recomendar ampliar ese plazo. Eso sí, siempre habrá que abandonarlo completamente antes de que empiecen a salir los dientes definitivos.
Los odontopediatras de Clínica Dental Vallecas recomiendan hacer un estudio antes de los 7 años de edad para diagnosticar y corregir posibles deformaciones y hábitos que puedan provocar futuras alteraciones bucodentales graves.
Recuerda que la prevención es fundamental para la salud de los dientes de los niños. Contacta con Clínica Dental Vallecas y pide tu cita para una revisión bucodental completa para los más peques de la casa.
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